MANEJO DE GATOS AGRESIVOS
EL TRATO IDEAL PARA PREVENIRLO

Generalmente se habla de la agresividad en los perros, pero alguna vez te has preguntado sobre ¿La agresividad en los gatos? Aunque no sea un tema muy hablado, es común oír comentarios de dueños de gatos con este tipo de problemas. La agresividad en los gatos puede estar dirigida hacia un animal de distinta o misma especie, incluso a sus dueños u otro humano.

Hay varios factores que influyen en que un gato sea agresivo, como por ejemplo: la forma en que fue criado (período de socialización de cuando fue gatito), factores genéticos, esterilización, número de animales que viven juntos, ambiente, etc.
Hay que tener presente que no todos los gatos manifiestan su agresividad de la misma forma, hay unos a los que se les erizan los pelos y comienzan a rugir, mientras que otros sólo atacan sin aviso pudiendo causar graves daños a la persona o animal atacado.

Lo principal es conocer el lenguaje corporal de los gatos, saber en qué momento y bajo qué circunstancia lo hace. A veces pueden ser movimientos bruscos, ruidos fuertes o tocar una parte específica de su cuerpo lo que puede desencadenar una agresión. Para evitar esto es importante determinar el foco estresante causante de la agresividad y así evitarlo.

Si se tiene un gatito y se desea que sea dócil, lo mejor es que exista una socialización desde pequeños, ya sea con otros animales y/o con humanos. Hay gatitos que desde que nacen no tienen contacto con humanos ya que su madre tampoco lo tuvo, por lo que al momento de acercarse toman una actitud miedosa y agresiva.

LAS SEÑALES CORPORALES DE AGRESIVIDAD
MÁS COMUNES EN LOS GATOS SON:

  • Erizamiento del pelo de la espalda
  • Orejas hacia atrás
  • Pupilas dilatadas
  • Sonidos vocales
  • Movimiento exagerado de la cola, de un lado hacia otro
  • Cuello estirado
  • Retracción de los bigotes
  • Posición del gato se mantiene agachado

Estas son señales que la mayoría de los gatos realizan y en ese momento es mejor dejarlos tranquilos y que se alejen para que se puedan calmar solos, de lo contrario pueden agredir de forma severa.

Cuando se cría a un gatito huérfano, otro punto importante es no realizar juegos directamente con nuestras manos porque después lo verán como algo común. Cuando son gatitos puede no causar tanto daño e incluso parecer gracioso, pero a medida que el gato crece, el mordisco o agresividad también aumentará de intensidad.

Una de las medidas que se deben tomar, es acudir al médico veterinario y ver la causa de la agresividad, esta puede ser parte de su personalidad o comportamiento, pero también puede ser por dolor causado por alguna enfermedad.

En caso de ser netamente conductual, se puede consultar con un etólogo (veterinario que ve el comportamiento animal), que tomará las medidas necesarias para ayudarnos. Existen diversas medidas ante la agresividad felina, desde flores de bach, cambios en la casa, juegos para disminuir el estrés, hasta tratamientos farmacológicos en casos muy severos.

 

Hay que recordar que siempre y ante cualquier problema con nuestros gatos, lo mejor es acudir a un médico veterinario.