Hay varios factores que influyen en que un gato sea agresivo, como por ejemplo: la forma en que fue criado (período de socialización de cuando fue gatito), factores genéticos, esterilización, número de animales que viven juntos, ambiente, etc.
Hay que tener presente que no todos los gatos manifiestan su agresividad de la misma forma, hay unos a los que se les erizan los pelos y comienzan a rugir, mientras que otros sólo atacan sin aviso pudiendo causar graves daños a la persona o animal atacado.